Ozono Drinks

"CONOCIENDO LA CRIOLLA"

17/10/2019 Martín Ignacio Gil
"CONOCIENDO LA CRIOLLA"

La uva Criolla es una de la variedades que últimamente están más en boga en los consumidores, a raíz de que muchos productores argentinos de distintos puntos del mapa comenzaron a revalorizarla, en cuanto al manejo del viñedo y calidad en la vinificación, de manera tal de lanzar etiquetas al mercado como varietal. Por eso continuando el ciclo de degustaciones en Ozono Drinks llamado "Conociendo los varietales", probamos 16 Criollas para intentar aclarar el panorama y las características organolépticas de esta cepa cada vez más difundida.


El sommelier Martín Buonsante preguntó: "Pero, ¿Que entendemos por Criolla? Porque pareciese que Criolla es todo lo mismo, y no es así. Hay dos grandes familias que son, la Criolla Chica y Criolla Grande, y que asimismo, son dos variedades que no tienen nada que ver una con la otra. 

Criolla Chica o Listan Prieto española es originaria de Canarias y de las primeras uvas en llegar a nuestro país, masomenos en el 1500, junto a la Moscatel de Alejandría. Se plantaron y luego eso se empezó a degenerar, empezaron a aparecer mutaciones genéticas pero naturales, y de ahí surge el Torrontés, que no es técnicamente criolla porque es hija de dos variedades españolas. Pero después se mezclaron la Listan Prieto con el Torrontés, y así sucesivamente comenzaron a nacer un montón de variedades nuevas. Criolla, su nombre es porque se generaron acá naturalmente, entre ellas los Moscateles, salvo el de Alejandría, el Moscatel negro, el rosado y el blanco, que son variedades de Criollas que fueron después identificándolas. Por ejemplo, el Torrontés Riojano es autóctono argentino pero hijo de dos variedades europeas. por eso no es criolla, en cambio el Sanjuanino si es Criolla porque es hijo de una europea y Torrontés, ahí es donde se empiezan a generar los cruces".


Según un informe del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) la Criolla Grande o Sanjuanina junto a la Cereza y la Criolla Chica, integra el grupo de cepajes llamados “criollos” por la antigüedad de su cultivo en Argentina y otros países de América. Se ha determinado que su origen es un cruzamiento de Moscatel de Alejandría y Listan Prieto.

Está ampliamente difundida en Cuyo, generalmente en parrales mezclado con la Cereza. Presenta alta productividad y es bastante susceptible a Peronóspora. Sus vinos son de muy poco color y pobre calidad y requieren para su comercialización cortes con otros caldos. Es una de las variedades más utilizadas en la elaboración de los denominados “blancos escurridos” y en la producción de mostos.


Como los demás cepajes criollos, su presencia en distintos países de Sudamérica, es conocida desde muy antiguamente. Estudios recientes (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria - INTA) demuestran que proviene de cruzamientos naturales de diversos cepajes foráneos (Muscat a Petit Grains, Heptakilo, Moscatel de Alejandría, Listan Preto). Es una variedad con aptitudes para el consumo en fresco, pero se destina en gran parte para la elaboración de vinos básicos y puede dar origen a un vino moscatel de intenso perfume, en ocasiones muy apreciado. Está ampliamente difundida en Mendoza, generalmente en parrales mezclado con otros cultivares como Criolla Grande, Cereza y Pedro Giménez.


Ampelográficamente se caracteriza por sus hojas redondas, de dientes convexos, pentalobadas, con senos laterales semejantes y de profundidad media. El racimo es grande, bastante suelto con bayas redondas, algo más chicas que las de Cereza.





SUPERFICIE

En el año 2018 se registraron un total de 14.040 ha de esta variedad, lo cual representa el 6,4% de la superficie total de vid del país, siendo la quinta variedad más cultivada. Se cultiva casi exclusivamente en Mendoza (96,6%) y San Juan (3,2%). La cantidad de hectáreas de variedad Criolla Grande va en disminución. En el período 2000-2018 ha disminuido un 43% (-10.601 ha) la superficie de esta variedad. En Mendoza bajó un 42,8%, en San Juan un 48,6% y en otras provincias un 56,9%.


SISTEMA DE CONDUCCIÓN

En la provincia de San Juan más del 99% de la Criolla Grande se encuentra bajo el sistema de conducción parral, y ese porcentaje prácticamente se mantiene en todas las localidades. En Mendoza, en promedio, el 63% de esta variedad se conduce en parral, y este porcentaje varía en las distintas localidades. Tupungato y Tunuyán alcanzan el 100%, mientras que en La Paz y General Alvear solo llega al 36% y 25% respectivamente.


PRODUCCIÓN

En el año 2018 se registró una producción de 2.517.261 quintales de uva variedad Criolla Grande en todo el país, alcanzando el tercer puesto del ranking de variedades con casi el 10% de los quintales cosechados en el año. El 97,3% del país corresponde a la provincia de Mendoza y el 2,6% a San Juan.


LOS VINOS




FLIGHT 1


MOSCATEL ROSADO CARA SUR 2018 ($990) Y PINK PANTHER VIA REVOLUCIONARIA 2019 ($585)


  


CONCLUSIONES:

"Acá lo que tenemos son dos Moscateles rosados, uno de Cara Sur y otro de Matías Michelini. Uno es 2018 y el otro 2019. Dos vinos recontra naturales, super artesanales, sin agregados de nada. Dos estilos y dos lugares muy distintos, el Cara Sur de Paraje Hilario en el Valle de Calingasta, San Juan y el Vía Revolucionaria de Campo Vidal, Tupungato, Mendoza.

El Moscatel Rosado es uva rosada, y está elaborado sin tanta crianza, con pieles y es así, no te da más color. El Vía Revolucionaria sale de un viñedo de casi 100 hectáreas certificado orgánico, las cuáles casi todo es Criolla, pero últimamente lo están levantando y plantando Malbec por la rentabilidad de la uva", comentó Martín.

Y preguntó: "¿Que les parecen los vinos?"

A la mayoría les gusto, algunos el primero más que el segundo y a otros al revés. Son vinos simples, con baja intensidad en general, dado que la Listan Prieto como la Criolla son variedades de poco color, poca estructura. 

"En general las variedades Criollas tienden a producir muchísimo, muy resistente a heladas y enfermedades, osea a nivel viticultura es una variedad perfecta, pero no da la calidad de te da una variedad francesa, por ejemplo. Son vinos de momentos, de circunstancias, de entrada, de mediodía o de pre cena, de otro tipo de consumo", describió.


FLIGHT 2

MOSCATEL BLANCO CARA SUR 2018 ($990) Y MOSCATEL TINTO CARA SUR 2018 ($990)

  

CONCLUSIONES:
Martín explicó que "dentro de la familia de los Moscateles criollos, Moscatel Blanco y Negro. No, Moscatel de Alejandría, sino blanco. Ambos de Cara Sur y 2018. Producciones chicas, racimo entero, fermentados en barricas, guardados en damajuanas de vidrio. La próxima cosecha, la 2019 ya está todo en huevo de hormigón por el volumen. Estos están trabajados de la misma manera como si fuera una uva de altísima calidad, cuidado del viñedo, cosecha manual y pisoneo. Son como vinos grasos, el Moscatel Negro es una variedad que da mucho alcohol".

FLIGHT 3

VINILO RUIDO REMIX 2016 ($375) Y VÍA REVOLUCIONARIA CRIOLLA GRANDE 2016 

  

CONCLUSIONES:

"Dos Criollas Grandes 2016 del mismo viñedo, elaborado de manera muy parecida y cosechada la uva en el mismo momento, pero uno con más trabajo en la bodega, y el otro más natural.

Cosecharon juntos, Matías Michelini se llevó una parte y el Tano Franchetti otra, y cada uno lo hizo de la misma manera pero con las características de cada uno. Esto es, un vino hecho rápido, vinificación y botella, sin filtrar y sin crianza, pero uno está trabajado más de la bodega y el otro más natural. El resultado es un vino ligero, frutal, en el que alguno de los presentes encontrar fruta roja fresca, como cereza o frutilla, con algo de flores", explicó Martín.


FLIGHT 4


CADUS CRIOLLA 2018 Y VIA REVOLUCIONARIA CRIOLLA GRANDE 2019 ($585)


  


CONCLUSIONES:
"Ahora vamos a probar también dos Criollas Grandes, añada vigente, una de Nieto Senetiner y la otra de Matías Michelini. 
El Cadus es de la zona de Vistaflores, fermentado en tanque de acero inoxidable y criado en huevo de hormigón. Es una Criolla pero con la impronta de Cadus. Algunos encontraron bastantes notas a fruta madura y ahumado. El Vía Revolucionaria es como nació el anterior", aclaró Martín a lo que uno de los presentes afirmó que este otro vino, muy superior que a la 2016, con muchas notas a fruta roja fresca.

FLIGHT 5

CRIOLLA CHICA VIÑATEROS BRAVOS 2015 ($785) Y QUE GRANDE SOS CRIOLLA GRANDE POL OPUESTO 2017

  

CONCLUSIONES:
Martín contó: "Acá tenemos una Criolla Chica de Itata al sur de Chile, y que para ellos es la uva País y estos productores son fundamentalistas de los vinos naturales. Su uva País es la Listan Prieto. El segundo vino es Criolla Grande, del mismo viñedo que los Vía que probamos antes, pero trabajado absolutamente distinto por Pol Adnes. En este caso, los dos enólogos, tanto Leo Erazo como Pol Adnes, muy firmes en sus convicciones sobre los vinos naturales".
Algunos al primero le sintieron fruta roja fresca, notas mentoladas y de hierbas medicinales en nariz y al segundo algo de yerba mate.

FLIGHT 6

CARA SUR CRIOLLA 2018 Y CARA SUR CRIOLLA 2018



CONCLUSIONES:
Martín explicó: "Esto es otro experimento interesante, son dos Criollas Chicas de Cara Sur y 2018 ambos. Uno no tiene ningún trabajo en la viña, encontraron un viñedo nuevo de Criolla Chica y lo vinificaron, cero sulfito. Y el otro es del viñedo de siempre, Cara Sur 2018, ya con cinco años de trabajos en el viñedo. Esa es la diferencia, misma añada, misma gente, misma elaboración, mismo lugar, pero distinta finca y cuidados. El primero no está a la venta, es una prueba, y se va a destilar ese vino para otro proyecto".
La mayoría coincidió que el primero tenía algunas notas a velo de levaduras y frutos secos. Otro planteó que tenía alguna nota a botritis.
Y Martín agregó, "tiene alcohol alto y la cosecha más madura. Este es un viñedo abandonado en Barreal que lo están empezando a trabajar. Este flight es para explicar el proceso que paso Cara Sur con este vino. La primera vez que hicieron el Cara Sur Criolla fue el ejemplo del primer vino, la actual es el segundo".
Del segundo algunos notaron notas de reducción en nariz que con un rato en copa se fueron y en boca una buena textura y fineza. A muchos les gustó más la nariz del primero que la del segundo, pero en boca fue al revés.

FLIGHT 7

CRIOLLA VALLISTO EXTREMO 2018 ($610) Y SUNAL ILÓGICO CRIOLLA 2018 ($679)

  

CONCLUSIONES:
Algunos en el segundo sintieron alguna nota a pimiento en nariz. Del primero, preguntaron si tenía barrica, por alguna nota a fruta tostada y madura. La mayoría coincidió que el primero tenía fruta muy madura, un choque raro entre el varietal y la región. Muy dulce en boca afirmaron varios. Del segundo se escucharon masomenos los mismos comentarios. Estuvieron todos de acuerdo que pesaba más en ambos vinos las características de la región, Salta, que las del varietal perdiendo sus descriptores principales, osea, podía ser un vino de cualquier varietal.

FLIGHT 8

EL ESTECO CRIOLLA CHICA 2018 Y MANIFIESTOS MICHELINI I MUFATTO 2018

  

CONCLUSIONES:
Del primero varios encontraron notas a café en nariz. Respecto del segundo vino, Martín comentó: "Manifiestos, es un vino que hizo Manuel Michelini, hijo de Gerardo Michelini y Andrea Mufatto, con uva Criolla Chica de El Peral de la Finca Manone, plantas de más de 100 años casi abandonadas. Está elaborado en barricas viejas". Algunos encontraron notas en nariz a poxipol o pólvora.
En cuanto a los gustos, estuvo bastante dividido, algunos les gustó más el primero, lo notaron prolijo que describía más al varietal que a la zona y a otros el segundo, por la vinificación y sus notas más naturales, aunque no tenía las características de la uva.




Fotos: Web.


















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